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Ensayos
Crónica de un soldado exiliado: El origen de la familia Amado
de Maracaibo
José Alberto Vargas La Roche
CRÓNICA DE UN SOLDADO EXILIADO:
EL ORIGEN DE LA FAMILIA AMADO DE MACAIBO1
José Alberto Vargas La Roche
2
F
rancisco Amado, también llamado Duque, fue una persona de su tiempo, un hombre cuya
vida reeja las particulares condiciones de la América Latina de los tiempos de las guerras
de independencia. Ancestro de cientos de presentes zulianos, por lo que sus decisiones de
vida determinaron en parte que muchas personas existan en este mundo. Nació Francisco el 30 de
septiembre de 1789 en la Villa de Brozas, hoy perteneciente a la provincia de Cáceres, en Extremadura,
España. Hijo de Gonzalo Isidro Amado (a veces referido con los apellidos Rino y Vicho añadidos)
y de Teresa Duque (a veces llamada la Delgada, Duquesa, entre otras variaciones), ambos también
naturales de Brozas. Fue bautizado el 3 de octubre de ese año en la iglesia parroquial de Santa María
la Mayor de la misma localidad, con el nombre de Gerónimo Francisco Diego. Provenía de un largo
linaje pechero de brocenses y venteros
3
.
1 Estudio publicado originalmente bajo el nombre “Crónica de un soldado exiliado” el 11 de octubre de 2019
en el blog personal del autor: “Por José Alberto Vargas La Roche”. Disponible en: hp://reexionesjav.blogspot.
com/2019/10/franciscoamado-tambien-llamado-duque.html?m=1. Este artículo fue ampliado y modicado con
información adicional. El autor agradece a doña Luisa Henríquez Guerra por sus aportes investigativos sobre los
orígenes remotos de las familias Amado y Duque en Brozas.
2 Abogado (Universidad del Zulia), máster en Derecho Parlamentario, Elecciones y Estudios Legislativos
(Universidad Complutense de Madrid), miembro de número (sillón número 14) del Centro Zuliano de
Investigaciones Genealógicas.
3 Así se les llama a los naturales del Arrabal de las Ventas, hoy Navas del Madroño, pueblo vecino a Brozas.
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nombre, el de Gata, el de Valencia de
Alcántara: las Varas de Brozas, Ceclavín,
y Cilleros”, realizado por Tomás López,
geógrafo real, en 1785, 4 años antes del
nacimiento de Francisco Amado, donde
se ven claramente las villas de Brozas y
Las Navas4.
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5
.
Su nombre es, cuanto menos, problemático para la investigación
histórica, y es que a pesar de haber vivido entre el último cuarto
del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, cuando parece que las
costumbres relativas a nombres personales y familiares comenzaban
a estandarizarse en el mundo hispano (estando el nombre de una
persona formado por la hoy común combinación de nombre de pila
y dos apellidos: el paterno y el materno, en ese orden), en la distinta
documentación primaria donde es directamente mencionado, aparece con distintos nombres y
apellidos que inevitablemente hacen la labor investigativa más complicada.
Si bien usó el apelativo Francisco -que se corresponde con el segundo de los que se le asignaron
en la pila bautismal- como nombre principal durante su vida, siendo llamado de esa forma, a secas,
por familia, autoridades políticas y eclesiásticas, en algún documento aparece como Gerónimo
Francisco, en otro como Francisco Gerónimo, y en otros, incluso, a su acostumbrado nombre se le
adhiere como acompañante un Antonio, sin aparente explicación.
4 Perteneciente a la Real Academia de la Historia, archivado con el código [C-011-003-06]. Disponible en:
hp://bibliotecadigital.rah.es/dgbrah/es/consulta/registro.cmd?id=12787
5 Plano que forma parte de la colección de la Biblioteca Nacional de España, y cuya digitalización está
disponible en: Rivero, Juan Francisco. Brozas en 1796, en un mapa de Tomás López. Publicado el publicada el 9
de agosto de 2019 en: Lópezhp://cronistadelasbrozas.blogspot.com/2019/08/brozas-en-1796.html
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Crónica de un soldado exiliado: El origen de la familia Amado
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6
La determinación del apellido resulta aun más engorrosa, y es que
si bien el sustantivo Francisco siempre fue usado al menos como
parte de su nombre de pila en toda la documentación que sobre su
vida existe disponible, su apellido es caso distinto, variando entre
Amado, Duque y una combinación de ambos.
Amado, el primer apellido de su padre Gonzalo Isidro y de su abuelo
paterno Diego, fue heredado de una bisabuela paterna (madre de
su abuelo paterno), María Sánchez la Amada, proviniendo a su vez
de la línea paterna de aquella, siendo su abuelo (cuarto abuelo del
protagonista de este estudio), quien también se llamaba Francisco
Amado y que probablemente vivió en la segunda mitad del siglo
XVII, la primera persona conocida en portarlo en la familia. Si
Diego Amado (quien a veces combinaba y cambiaba el orden de
sus apellidos Amado, Rino y Salgado), y Gonzalo Isidro Amado,
abuelo paterno y padre, respectivamente, de Francisco Amado,
hubieran adoptado el apellido de su línea patrilineal, Rino sería el
que completara la identicación de Francisco.
En cuanto al Duque, este apellido que Francisco heredó de su madre, sí siguió una sucesión patrilineal
más tradicional (aunque los antepasados patrilineales de ella solían combinarlo o alternarlo con el
apellido Rosado). No obstante, Teresa, madre de Francisco, en ocasiones no era referida con ese
nombre familiar, sino como Delgada o la Delgada, que había heredado a su vez de su propia madre,
Josefa la Delgada.
Así, en los primeros documentos vitales de Francisco solo se referencia su apellido a través de la
mención de sus padres, siempre asignando Amado como primer apellido de su padre. Entre 1823 y
1833 usó indistintamente los apellidos Amado y Duque, en ocasiones apareciendo juntos, pero en
estos casos reriéndose al Duque como un alias o un nombre por el cual era vulgarmente conocido,
en lugar de colocarlo como un segundo apellido.
En el marco de esa década, durante los años 1823 y 1824, Duque apareció en varios documentos como
6 Autor de la imagen: Rpmayor. Obtenida en: hps://commons.wikimedia.org/wiki/File:Iglesia_en_Brozas.
jpg
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único apellido, incluso de forma predominante,
siendo también utilizado como apellido único
en documentación militar y civil emitida entre
1823 y 1828. Luego, entre 1828 y 1831 solo el
apellido Amado aparece en los documentos,
para luego resurgir dos veces el nombre Duque
en el mismo mes de noviembre de 1833.
Desde 1835 usó exclusivamente Amado, siendo
referenciado solo con ese apellido incluso en
los documentos eclesiásticos de sus hijos en los
que un ya fallecido Francisco es mencionado.
Sus hijos adoptaron el apellido Amado, y así
pasó a las siguientes generaciones, siendo vasta
la descendencia que ha portado y porta ese
nombre de familia en Maracaibo.
En el mundo hispano, antes de la instauración de
los registros civiles en la segunda mitad del siglo
XIX, el nombre de una persona era un elemento
maleable, cambiante y que reejaba una
importante libertad de escogencia, pudiéndose
usar como primer apellido incluso los nombres
familiares heredados de mujeres y hasta de
antepasados más remotos, según pudiera
convenir. Sin embargo, este fenómeno empezó
a estandarizarse y ya para la época en que viv
Francisco, la tradición de colocar como primer
apellido el del padre, aunque no obligatoria,
estaba bastante arraigada
7
, por lo que el uso del
nombre familiar Duque de forma predominante
en una parte de su vida, y más aun, el constante
cambio de apellidos de forma intercalada, resulta
7 Alfaro de Prado, Antonio. La ¿caótica? transmisión
de apellidos hasta el siglo XIX en España. Disponible
en: hp://www.genealogiahispana.com/apellidos/
la-caotica-transmision-de-apellidos-hasta-el-siglo-xix-
en-espana/
curioso y puede responder a otro tipo de razones,
que pueden ir desde una motivación personal,
como lo sería el ánimo de pasar desapercibido o
tener un perl bajo (lo que por los hechos de su
vida parece improbable), hasta una más prosaica
y probable informalidad e inconsistencia en el
registro de los hechos de la vida de las personas
en aquellos tiempos.
Ya en referencia a los hechos que moldearon su
vida, es indispensable empezar mencionando
que Francisco fue soldado del bando
monárquico durante la guerra de independencia
de Venezuela, perteneciendo al ejército
expedicionario de Costa Firme, destinado
a reconquistar las provincias insurrectas del
norte de América del Sur. Esto se evidencia por
aparecer mencionado en una relación de los
jefes y ociales de esa fuerza militar que, tras la
denitiva derrota española, fueron expulsados
de la República de Colombia, a la que la
Provincia de Maracaibo se estaba agregando,
confeccionada a bordo del bergantín de guerra
“Independiente”, anclado en Los Puertos de
Altagracia, el 6 de agosto de 1823, y hecha de
conformidad con el artículo 4 del tratado de
capitulación suscrito en Maracaibo entre las
fuerzas lideradas por Francisco Tomás Morales
y José Prudencio Padilla respectivamente, el 3 de
agosto de ese mismo año, cuyo tenor disponía el
referido exilio
8
.
8 Armada Nacional de la República de Colombia.
Bloqueo, rendición y ocupación de Maracaibo por
la Armada Colombiana al mando del Almirante D.
José Padilla. Documentos para su historia. Sección de
Imprenta y Publicaciones, Bogotá, 1947, pp. 101, 105
y 107
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de Maracaibo
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No se tiene una absoluta certeza del rango que
ostentaba Francisco Amado en las las realistas,
ya que en manifestaciones escritas hechas por su
esposa y en comunicaciones de las autoridades
gubernamentales del Departamento del Zulia
9
,
se lo señala como Teniente de Caballería, pero
en la referida relación de ociales expulsados
de Colombia tras la capitulación de Morales,
se le asigna el grado de subteniente. Puede
tratarse de un error en el referido listado o de un
ascenso de último minuto, pero lo cierto es que
formaba parte de la baja ocialidad del ejército
expedicionario.
Por otro lado, resulta curioso que en el
encabezamiento de la referida relación se
indique que los sujetos en él señalados ya
habían salido del territorio de la república,
ya que Francisco se casó en Maracaibo el 3 de
septiembre de ese año de 1823, exactamente un
mes después de celebrada la capitulación, por
lo que evidentemente no había abandonado la
ciudad para el momento de la elaboración del
listado, ni lo hizo en las semanas inmediatamente
posteriores.
De hecho, no sería descabellado pensar que
contrajera matrimonio con la maracaibera
Concepción Alvarado como, al menos en parte,
una medida desesperada para tratar de evitar su
expulsión, lo que puede interpretarse de una
posterior declaración hecha en el expediente de
solicitud de retorno a Colombia, que esgrimía
como prueba del patriotismo colombiano de
Francisco el hecho de haberse casado en “una de
las familias más adictas al sistema político” que
9 Briceño Perozo, Mario. Vida y papeles de Justo
Briceño. Grácas Continente, 1970, p. 209.
regía a la República
10
.
Sin embargo, también es un hecho que
Francisco y Concepción ya tenían algún tipo
de relación antes de contraer matrimonio, y es
que su primera hija nació a nales de enero de
1824, menos de cinco meses después de la boda
de sus padres, que tuvo lugar en septiembre
del año anterior, por lo que es evidente que fue
concebida de forma prematrimonial, alrededor
de abril de ese mismo año.
Igualmente se sabe que para el momento de
su expulsión, Francisco ya estaba establecido
en Maracaibo, dedicándose a la agricultura
11
,
por lo que al menos parcialmente parece que
había dejado la vida militar activa atrás, o la
compaginaba con la de particular ya avecindado,
empleado y casado en las Indias.
10 Certicación sobre la conducta y situación de
Francisco Duque, expedida por Bruno de Ortega,
Jefe Político Municipal del Cantón de Maracaibo,
a solicitud de Concepción Alvarado, el 23 de
diciembre de 1825. Inserta en el expediente de
solicitud de permiso para el retorno de Francisco
Duque a Colombia, que reposa en el Archivo
General de la Nación de Colombia bajo el código de
referencia PETICIONES-SOLICIT:SR.75,8,D.2;
disponible digitalmente en: hp://consulta.
archivogeneral.gov.co/ConsultaWeb/descripcion.
jsp?id=3823159&images=true (página 11/106 del
archivo digitalizado).
11 Carta de Concepción Alvarado dirigida
al Vicepresidente de la República de Colombia
encargado del poder ejecutivo, Francisco de Paula
Santander, fechada el 29 de diciembre de 1825. Inserta
en el expediente de solicitud de permiso para el
retorno de Francisco Duque a Colombia citado en la
nota 5 (página 20/106 del archivo digitalizado).
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Lo cierto es que en algún punto de ese año de 1823
Francisco tuvo que dejar Maracaibo y que part
refugiado a la isla de Curazao, ya que en 1825 su
esposa solicitaba al gobierno colombiano que le
concediera permiso a su marido para regresar
de ese exilio, en el que armaba ya llevaba 2
años
12
(es decir, desde el propio 1823). La
determinación de Curazao como destino parece
derivar de su condición de territorio neutral en el
conicto independentista; aparentemente había
para el momento algún tipo de norma, que esta
investigación ha fallado en identicar, que exigía
que aquellos expulsados que quisieran retornar
a territorio colombiano, debían permanecer
algún tiempo en Curazao u otra isla neutral,
observando buena conducta, hasta recibir la
pertinente autorización del gobierno
13
.
12 Ibíd. (página 19/106 del archivo digitalizado)
y; escrito de promoción de testigos presentado por
Concepción Alvarado ante Ramón Campos, Alcalde
de Parroquia de Maracaibo, aproximadamente el 21
de diciembre de 1825. Inserto en el expediente de
solicitud de permiso para el retorno de Francisco
Duque a Colombia citado en la nota 5 (página 3/106
del archivo digitalizado).
13 Declaración sobre la conducta observada por
Francisco Duque en la isla de Curazao, suscrita por
cuatro vecinos de aquella el 18 de mayo de 1825.
Inserta en el expediente de solicitud de permiso para
el retorno de Francisco Duque a Colombia citado en la
nota 5 (páginas 15 y 16/106 del archivo digitalizado).
Vid. nota 6 (página 20/106 del archivo digitalizado).
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Esta expulsión con retorno condicionado parece
contradecirse con el exilio potestativo que el
previamente referido artículo 4 del instrumento
capitular contemplaba para los jefes, ociales,
sargentos, cabos y demás individuos de tropa
europeo, e incluso para los músicos de ese
origen, carácter libre y electivo que se inere del
uso en su texto de la fórmula “(…) podrán salir
juramentados fuera del territorio de Colombia
para no volver a tomar las armas contra ella,
mientras no sean canjeados (…)”
14
, donde el
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Crónica de un soldado exiliado: El origen de la familia Amado
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José Alberto Vargas La Roche
verbo poder reeja libertad de escogencia y no
un mandato imperativo.
En la realidad, sin embargo, esta norma se
tradujo en expulsiones forzosas, como se
desprende de los trámites emprendidos ante
el gobierno de Colombia por Concepción
Alvarado. Esto representa, pues, una temprana
muestra de arbitrariedad, falta de seguridad
jurídica e inobservancia de las normas jurídicas
por parte de las instituciones estatales colombo-
venezolanas, que ha perdurado en mayor o
menor grado -dependiendo de cuál de los dos
modernos países se trate- hasta nuestros días.
La vida de Francisco Amado en Curazao se
desarrollaba en la más absoluta miseria, “(…) sin
arbitrio de que subsistir, rodeado de continuas
fuertes indigencias hasta casi pordiosear el
alimento (…)” como señalaba su esposa en
la promoción de testigos que formuló ante el
Alcalde Parroquial de Maracaibo
15
. Los testigos
presentados, señores Antonio Jiménez, Francisco
Guerra, José Gaybis y Simón Henrrique (los
tres primeros vecinos de Maracaibo y el último
de Curazao), raticaron en sus declaraciones
lo señalado por Concepción Alvarado, ya que
habían tenido contacto directo con Francisco en
la isla caribeña. De hecho, los señores Jiménez
y Gaybis fueron más allá, indicando el primero
que Francisco sí que llegó al “(…) extremo
de mendigar el alimento (…)”, señalando el
segundo de ellos que incluso le era “(…) casi
indispensable (…)” pordiosearlo
16
.
15 Vid. nota 7 (páginas 3 y 4/106 del archivo
digitalizado).
16 Deposiciones de Antonio Jiménez (pp. 4-5/106),
Francisco Guerra (pp. 6-7/106), José Gaybis (pp.
En denitiva, el grado real de pobreza de
Francisco en suelo antillano es difícil de
determinar a ciencia cierta hoy en día, pero todo
parece indicar que sí sufrió fuertes penurias, que
no solo se limitaron a lo económico, sino que
también lo tocaron en lo personal, y es que por
encontrarse forzosamente alejado de su familia,
no conoció a su primera hija, María Celia, que
nació y murió en 1824 en pleno exilio de su
padre.
Por otra parte, Francisco procuró, durante
su exilio curazoleño, demostrar su nuevo
patriotismo colombiano y su adhesión al
régimen republicano, rehuyendo de la compañía
de los desafectos al gobierno de Colombia y
de los españoles en general, y expresándose
públicamente a favor de aquel gobierno y
en contra de la “injusticia y temeridad de los
españoles”
17
, que aun guardaban esperanzas
de nuevas expediciones de reconquista
provenientes de la península
18
.
Su tenacidad para convencer sobre su delidad a
Colombia era tal que no solo armaba su “(…)
deseo de reunirse a su esposa para vivir tranquilo
bajo las leyes de la república (…)” e incluso su
disposición de derramar “(…) en su defensa
la última gota de sangre
19
, sino que además
7-8/106) y Simón Henrrique (pp. 8-9/106) ante
Ramón Campos, Alcalde de Parroquia de Maracaibo.
Insertas en el expediente de solicitud de permiso para
el retorno de Francisco Duque a Colombia citado en
la nota 5.
17 Deposición de Antonio Jiménez (vid. nota 11).
18 Vid. nota 8.
19 Ibíd.
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rechazó ofertas de “encargarse del cuido de
una tienda” en Puerto Rico o en Cuba, empleo
que lo sacaría de la extrema precariedad en que
vivía, por haberle sido extendidas por españoles
e implicar su traslado a “país español”
20
. Este
traslado a territorio dependiente de España,
además, lo haría transgredir la supuesta
condición de permanencia en territorio neutral
requerida para recibir el permiso de retorno a
Maracaibo, por lo que si quería reunirse con su
esposa no le convenía aceptar las dichas ofertas,
aunque pudieran favorecerle económicamente,
o aunque en el fondo aun llegase a guardar
simpatía hacia su patria de origen.
Esta actitud evidentemente la granjeó la
enemistad de aquellos españoles residenciados
en Curazao, de quienes recibió persecución,
estando siempre en zozobra y expuesta
su seguridad individual, según declaraba
Concepción Alvarado en carta que dirigió el
29 de diciembre de 1825 a Francisco de Paula
Santander, Vicepresidente de Colombia,
encargado del poder ejecutivo ante la ausencia
de Simón Bolívar
21
.
A través sus palabras, Concepción nos hace
ver cómo Francisco tenía la expectativa de
que, a cambio de abandonar las banderas del
rey y plegarse a la naciente república, recibiría
la hospitalidad y buena acogida del gobierno
de Colombia, ya que era lo que correspondía
20 Deposiciones de Antonio Jiménez y Francisco
Guerra (vid. nota 11) y declaración de vecinos de la
isla de Curazao (vid. nota 8).
21 Vid. nota 6 (página 19/106 del archivo
digitalizado).
con arreglo al sistema político y jurídico que
imperaba en ese país, al derecho de gentes y a
la más elemental humanidad. Pero ese no fue
el caso, el ejecutivo colombiano negó admitir
a Francisco en el seno de la república, y lo
condenó a una vida en el limbo que representaba
Curazao, separado de su esposa en Maracaibo, e
imposibilitado de asilarse en su tierra natal, ya
que su actitud lo convirtió en reo de alta traición
para España
22
.
Concepción le señalaba a Santander con poéticas
palabras que, no obstante todas las penurias que
le habían tocado vivir a su esposo, Francisco
“(…) tiene la más dulce satisfacción de presentar
al Gobierno y a los Pueblos de Colombia un
testimonio inequívoco, de que si es Español por
naturaleza, es patriota por decisión
23
.
Esa actitud de delidad a Colombia, a todas
luces autodestructiva, y el tesón, entereza
y lealtad demostrados por su esposa en la
tramitación del permiso de retorno durante
1825, eventualmente dieron frutos, y es que en
una nota marginal estampada en la referida carta
remitida por Concepción al Vicepresidente,
rmada el 14 de febrero de 1826 por el Secretario
del Interior de Colombia, José Manuel Restrepo,
se da a entender su decisión de acceder a las
peticiones de la solicitante, al escribir la frase
“Resuelto: que se suspenda la determinación
24
,
22 Ibíd.
23 Ibíd.
24 Nota marginal de José Manuel Restrepo,
Secretario del Interior de la República de Colombia,
fechada en Bogotá el 14 de febrero de 1826, estampada
en la carta a la que hace referencia la nota 6 (página
19/106 del archivo digitalizado).
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José Alberto Vargas La Roche
en clara alusión a la expulsión de Francisco.
Sin embargo, parece que fue ya en 1827 que
Francisco pudo retornar a Maracaibo, ya que es
en ese año que Carlos Luis Castelli, Intendente
del Departamento del Zulia, acusa recibo de la
aprobación del salvoconducto a Francisco para
regresar a Colombia
25
.
No obstante, su estancia en Maracaibo con el
permiso del gobierno colombiano fue efímera.
Se tiene constancia de que para principios
de febrero de 1828 había sido nuevamente
expulsado del país, junto al también español
doctor Manuel Arocha, que había sido cirujano
del ejército expedicionario y que también había
sido expulsado una primera vez en 1823, y al
maracaibero Nepomuceno Socorro. Partieron
los tres a un nuevo exilio en Curazao, a bordo
de la goleta de guerra Independencia, por el
motivo de ser “(…) desafectos y peligrosos a la
tranquilidad y seguridad del departamento” del
Zulia. Esto consta en carta del 2 de febrero de
1828, enviada por Justo Briceño, Intendente del
Departamento para la época, a quien ocupaba la
25 El referido acuse de recibo no se encuentra
digitalizado, por lo que no ha podido ser consultado
directamente, pero es descrito en su cha del Archivo
General de la Nación de Colombia, donde reposa
bajo el código de referencia FUNCIONARIOS-
PUBL:SR.44,12,D.18. Dicha cha se encuentra
disponible en: hp://consulta.archivogeneral.gov.co/
ConsultaWeb/descripcion.jsp?id=3737140. Nótese
que el nombre del Intendente del Departamento
del Zulia aparece incorrectamente como Carlos
Castillo en la cha, realmente reriéndose a Carlos
Castelli, quien para 1827 ocupaba ese cargo público
(Vid. Semprún Parra, Jesús Ángel; Hernández, Luis
Guillermo. Diccionario General del Zulia, segunda
edición, p. 454. Sultana del Lago, Editores, Maracaibo,
2018 (entrada para Castelli, Carlos Luis).
Secretaría de Guerra para el momento
26
, que se
trataría por la fecha bien de Carlos Soublee o
de Rafael Urdaneta.
V      L 
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27
.
27 Garneray, Ambroise-Louis. 2ª Vista del Combate
del 24 de julio del año 1823 en la laguna de Maracaybo
al mando del Benemérito General José Padilla se la
dedica al teniente de navío Jayme Brun. Posterior a
1823. Litografía de Langlumé, 45 x 64 cms. Colección
Museo Bolivariano, Caracas. Imagen y descripción
de los navíos en: Maita Ruiz, José Gregorio. Las
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Revista del Centro Zuliano de Investigaciones Genealógicas
Año 1 Número 1 Enero - Junio 2023. ISSN: 2958-6666 Depósito Legal: ZU2022000336 Maracaibo – Venezuela
Las causas especícas de esa expulsión, o
sea, las razones del supuesto desafecto y de la
peligrosidad de Francisco, no han podido ser
determinadas documentalmente, así como
tampoco son conocidas la duración ni las
condiciones de vida de ese segundo exilio
curazoleño. Probablemente no haya durado más
de un año, ya que a principios de 1830 nació
en Maracaibo su tercer hijo, necesariamente
concebido en 1829, y posteriormente siguió
teniendo hijos en esa ciudad a lo largo de la
década de los 30 del siglo XIX, lo que certica su
presencia en suelo maracaibero.
De lo que sí se tiene casi total certeza es que, a
menos que esta segunda expulsión haya sido
muy breve, y al igual que con su primogénita,
Francisco no presenció el nacimiento de su
segundo hijo Francisco Antonio, ya que este se
dio unos dos o tres meses después de su forzosa
partida de Maracaibo. Afortunadamente,
este hijo sí llegó a la adultez y pudo convivir
con su padre, quien eventualmente retornó
a Maracaibo, donde además parece que se
reinsertó satisfactoriamente en la sociedad,
siendo feligrés junto a su familia de la parroquia
de Nuestra Señora de Chiquinquirá y San Juan
de Dios, y teniendo alguna participación en la
vida política de la ciudad.
Esto último se hace aparente al comprobar que
Vistas de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, de
Ambroise-Louis Garneray. Validación como fuente
histórica. Publicado el 12 de junio de 2017 en: hp://
terrestrium-navalium.blogspot.com/2017/06/las-
vistas-de-la-batalla-naval-del-lago.html
un Francisco Duque, con casi plena certeza
nuestro personaje, aparece entre los rmantes
del pronunciamiento de Maracaibo del 16
de enero de 1830, en favor de su adhesión o
unión en federación a Venezuela, separación
de Colombia, rechazo al envío de tropas desde
Cartagena, y reconocimiento de José Antonio
Páez como jefe del nuevo Estado venezolano y de
Miguel Borras, Prefecto y Comandante General
del Departamento como Jefe del Zulia
28
.
No podría esperarse menos de alguien que fue
tan vilipendiado y maltratado por Colombia,
pero que hizo su vida en Maracaibo. El proceder
más lógico era el que efectivamente siguió:
respaldar, junto a los ciudadanos notables de la
ciudad, la ruptura con aquel país y la constitución
de Venezuela en Estado independiente.
Once años después, el 08 o 09 de abril de 1841,
Francisco Amado, llamado Duque, murió a los
51 años en Maracaibo, ciudad a la que llegó
como conquistador, de la que fue expulsado dos
veces, y en la que encontró un hogar, iniciando
una familia que ha continuado hasta nuestros
días.
La numerosa estirpe de los Amado ha
sobrevivido hasta nuestros días en Maracaibo
a través de la descendencia de tres de los hijos
de Francisco y su esposa Concepción: Francisco
Antonio, Manuel María y Felipe Santiago Amado
Alvarado. En total tuvieron ocho hijos: los ya
nombrados María Celia, Francisco Antonio,
28 Azpurúa, Ramón. Anales de Venezuela.
Documentos para la historia de Venezuela desde el año
de 1830, Tomo I. Imprenta de vapor de “La Opinión
Nacional”, Caracas, 1877, p. 104.
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Ensayos
Crónica de un soldado exiliado: El origen de la familia Amado
de Maracaibo
José Alberto Vargas La Roche
Manuel María y Felipe Santiago, además de María Teresa de Jesús, Rosa María Teresa, Domingo del
Rosario y Evarista.
Fuentes primarias eclesiásticas consultadas para la
elaboración de este artículo:
Partida de bautismo de Gonzalo Isidro Amado, de 14 de mayo de 1751. Nacimiento:
FamilySearch archivos restringidos Microlme # 008175862 imagen 1190, registro 721.
Acta de matrimonio de Domingo Rosado el Duque y de Josefa Gómez Delgada, de 21 de
agosto de 1752. Casamiento: FamilySearch archivos restringidos Microlme # 008175871
imagen 138.
Partida de bautismo de Teresa Duque, de 30 de mayo de 1753. Nacimiento: FamilySearch
archivos restringidos Microlme # 008175862 imagen 1211.
Acta de matrimonio de Gonzalo Isidro Amado y Teresa Duque, de 9 de diciembre de
1772. Casamiento: FamilySearch archivos restringidos Microlme # 008094614 imagen
921.
Acta de defunción de Diego Amado Rino, de 6 de noviembre de 1786. FamilySearch
archivos restringidos Microlme # 008175868 imagen 2214.
Partida de bautismo de Gerónimo Francisco Diego Amado, de 3 de octubre de 1789,
disponible en: hps://gw.geneanet.org/luisitahg?n=amado+duque&oc=&p=geroni-
mo+francisco+diego30-09-1789
Posible listado de comunión o conrmación donde aparece Francisco Gerónimo Amado,
S/F, disponible en: hps://gw.geneanet.org/luisitahg?n=amado+duque&oc=&p=geron-
imo+francisco+diego
Acta de matrimonio de Francisco Duque y Lucía Concepción Alvarado, de 03 de
septiembre de 1823, disponible en dos versiones diferentes en: hps://www.familysearch.
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k%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-CDRP y hps://www.familysearch.org/
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Revista del Centro Zuliano de Investigaciones Genealógicas
Año 1 Número 1 Enero - Junio 2023. ISSN: 2958-6666 Depósito Legal: ZU2022000336 Maracaibo – Venezuela
ark:/61903/3:1:33S7-9R5G-C23?i=219&cc=1951777&personaUrl=%2Fark%3A%2F6
1903%2F1%3A1%3AQVMV-CD24
Partida de bautismo de María Celia Amado, de 28 de enero de 1824, disponible en:
hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GRR9-W7H?i=442&cc=195177
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Acta de defunción de María Celia Duque, de 4 de febrero de 1824, disponible en: hps://
www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GR5N-9GDK?i=203&cc=1951777&per
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Partida de bautismo de Francisco Antonio Amado, de 6 de abril de 1828, disponible en:
hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9RR9-Q57?i=111&cc=1951777
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Partida de bautismo de Manuel María Amado, de 18 de febrero de 1830, disponible en:
hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9RRD-ZR7?i=81&cc=1951777&
personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-3RB6
Partida de bautismo de Felipe Santiago Amado, de 4 de enero de 1832, disponible en:
hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GRRD-ZLN?i=156&cc=195177
7&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-Q9PX
Partida de bautismo de María Teresa de Jesús Amado (alias) Duque, de 12 de noviembre
de 1833, disponible en: hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GRRD-
Z6Q?i=243&cc=1951777&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV
-Q926
Acta de defunción de Teresa Duque, de 15 de noviembre de 1833, disponible en: hps://
www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GR5L-BPJ?i=41&cc=1951777&persona
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Partida de bautismo de Rosa María Teresa Amado, de 31 de agosto de 1835, disponible
en: hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GRRD-CYM?i=306&cc=195
1777&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-QQ6F
Partida de bautismo de Domingo del Rosario Amado, de 30 de mayo de 1837, disponible
en: hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GRRD-CD7?i=404&cc=195
169
Ensayos
Crónica de un soldado exiliado: El origen de la familia Amado
de Maracaibo
José Alberto Vargas La Roche
1777&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-QXQY
Partida de bautismo de Evarista Amado, de 31 de mayo de 1839, disponible en: hps://
www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GRRD-HJH?i=607&cc=1951777&perso
naUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-795M
Acta de defunción de Francisco Amado, de 09 de abril de 1841, disponible en: hps://
www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9R5L-B95?i=163&cc=1951777&persona
Url=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-8LHJ
Acta de defunción de Rosa Amado, de 16 de marzo de 1845, disponible en: hps://www.
familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GR5L-YK5?i=289&cc=1951777&personaUrl
=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-814F
Acta de matrimonio de Francisco Antonio Amado y Magdalena Torrealba, de 26 de
agosto de 1853, disponible en: hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-
GR5N-92W8?i=321&cc=1951777&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3
AQVMV-C5N4
Acta de matrimonio de Felipe Amado y María del Rosario Hoyo, de 01 de mayo de 1878,
disponible en: hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GR5N-9VKF?i=
661&cc=1951777&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-8FQY
Acta de defunción de Francisco Antonio Amado Alvarado, de 12 de mayo de 1901,
disponible en: hps://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9RR9-6P4?i=639&
cc=1951777&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-32YP
Acta de defunción de Felipe Amado, de 17 de agosto de 1915, disponible en: hps://
www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GR5G-924?i=135&cc=1951777&person
aUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-XCRV
Acta de defunción de Manuel Amado, de 26 de enero de 1922, disponible en: hps://
www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33SQ-GRR9-D51?i=1057&cc=1951777&perso
naUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMV-S5VT